Tajín marroquí de pollo y albaricoque

A veces cuando nos ponemos a cocinar nos da un poco de miedo enfrentarnos a la cocina internacional. Este tajín de pollo y albaricoques es la receta perfecta para hacernos perder ese miedo y trasladarnos a nuevos lugares por su exótico sabor.

El sabor de esta receta nos trasladará al misterioso Marruecos.

El nombre de este plato procede del recipiente donde se cocina, que es una especie de olla de barro típica del norte de África. Pero no te preocupes, puedes cocinar esta receta en una olla normal y el resultado será igual de bueno. Vamos a ver cómo preparar un tajín de pollo y albaricoques para chuparse los dedos.

Ingredientes

  • Pollo (1 ud. )
  • Aceite de oliva vírgen extra
  • Mantequilla (1 nuez)
  • Cebolla (1 ud.)
  • Romero (1 cucharilla )
  • Jengibre fresco
  • Ras al hanut
  • Canela en rama (1 rama)
  • Albaricoques (8 o 10 uds)
  • Miel (2 cucharadas)
  • Almendra laminada (un puñado)
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Sémola de trigo para cuscús (140 gr.)

Preparación

Lo primero que debemos hacer es cortar el pollo, añadirle las especias y dejarlo macerar, si es posible la noche anterior a su elaboración. Una vez preparado el pollo, picamos las cebollas en finas tiras. Cogemos el romero y lo cortamos ligeramente. Rallamos el jengibre, para que sea más fácil de digerir, y lo reservamos todo. Cogemos nuestro tajín, o nuestra olla en caso de no tener uno. Añadimos un par de cucharadas de aceite de oliva, cuando esté caliente añadimos la cebolla, el romero y el jengibre. A fuego suave, lo salteamos durante 5 minutos. Cuando nuestra cebolla esté dorada, añadimos la rama de canela partida en varios trocitos y el pollo que habíamos dejado marinando el tajín. Con el fuego un poco más alto, doramos el pollo por los dos lados, con cuidado de que no se queme. Una vez el pollo haya adquirido el color doradito que buscamos, añadimos lo albaricoques partidos por la mitad y deshuesados. A continuación espolvoreamos el ras al hanut a nuestro gusto. Ten en cuenta que el sabor de esta mezcla de especias es bastante intenso, así que si no te gusta los platos muy especiados, se prudente y prueba el plato antes de añadir más. Cuando todo esté hecho todo esto, incorporamos un poco de agua a nuestro guiso, pero no demasiada. Solo la necesaria para que no se nos quede un guiso seco sofrito de tajín.Cuando el guiso comience a hervir, bajamos el fuego al mínimo, lo tapamos bien y lo dejamos guisar durante unos 40 minutos. Unos 15 minutos antes de retirar la olla del fuego, añadimos la almendra bien picadita. Ahora que nuestro guiso está encaminado, preparemos el acompañamiento perfecto para este plato, un cuscús. Lo prepararemos de forma sencilla, ya que el guiso impregnará la sémola y no es necesario añadirle nada más. Lo primero que haremos es lavar la sémola con agua fría. La ponemos en un bol y le añadimos un vaso grande de agua fresca. Removemos, para que no queden granos secos y lo escurrimos bien con un colador. Volvemos a colocarlo en un bol, con una pizca de sal y un chorro generoso de aceite. Hecho esto, tendremos que mezclar todo bien con las manos hasta que veamos que los granos están brillantes. Calentamos la misma cantidad de agua que de cuscús que hemos utilizado en una cazuela. Cuando rompa a hervir la apartamos del fuego y la añadimos al bol donde teníamos el cuscús. Lo dejamos reposar durante 10 minutos tapado con un paño, para que la sémola crezca y ya tenemos listo nuestro cuscús. Ya solo queda presentar nuestro sabroso tajin de pollo y albaricoques. Para ello pondremos ración de cuscús en el fondo del plato y una cucharada generosa de nuestro guiso. Si no tenemos un tajín, no debemos preocuparnos, podemos usar cualquiera de estas ollas para cocinar esta receta y el resultado será igual de sabroso que en su recipiente tradicional. Para no pasarnos con las cantidades que requiere nuestro Tajín de pollo, podemos pesar los ingredientes con una balanza de cocina como las que tenemos en la web. ¿Te has quedado con ganas de saber más recetas? No te preocupes en nuestro blog tenemos variedad.